La palabra masculina y los entresijos del honor/deshonor femenino en el Puerto Rico decimonónico

MARÍA DEL CARMEN BAERGA SANTINI, UPR Departamento de Historia

AUTHOR BIO

María del Carmen Baerga Santini es catedrática del Departamento de Historia de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Inició su carrera como investigadora en CEREP, en donde trabajó como asistente de investigación mientras completaba su Bachillerato en Historia en el Recinto de Río Piedras. Obtuvo su maestría y doctorado en la Universidad del Estado de Nueva York en Binghamton. Trabajó en el Proyecto de Estudios de la Mujer en la UPR-Cayey y en la Universidad del Sagrado Corazón. Cuenta con numerosas publicaciones sobre los temas de género, raza y sexualidad. Su trabajo más reciente se titulaNegociaciones de sangre: Dinámicas racializantes en el Puerto Rico decimonónico, publicado por la Editorial Iberoamericana Vervuert (2015). Actualmente se halla completando un manuscrito de libro titulado tentativamente Crónicas innobles: Historias de la sexualidad en Puerto Rico.

 

PAPER ABSTRACT

La ponencia examina la compleja relación entre el honor y el deshonor femenino y los procesos de racialización en la sociedad puertorriqueña del siglo XIX. Argumenta que prácticas tales como el matrimonio canónico y la procreación de hijos legítimos acercaban a las mujeres a la esfera del honor y, por ende, de la blancura. Asimismo, la carencia de un hombre que ratificara sus virtudes mediante el vínculo matrimonial, tenía el efecto opuesto; es decir, las acercaba al ámbito de la ambigüedad racial y la negrura. Las mujeres no blancas podían ganar honor y atenuar o hasta llegar a borrar su mácula, pero también era cierto que podían aumentarla y acrecentarla. Otro tanto ocurría con las mujeres “blancas” o descendientes de españoles, quienes podían apostar a acrecentar su honor o mancharse al punto de descender a la devaluada esfera de las “castas ínfimas”. En este sentido, la reputación femenina pendía de la palabra de algún hombre que la revalidara. Si este hombre era uno de reputación y prestigio, mejor todavía. No obstante, si ese respaldo era retirado, ya fuese intencionalmente o por presiones externas, como en el caso de las mujeres no blancas que eran abandonadas por sus parejas, descendían a dimensiones más profundas de descrédito, lo que las desplazaba a planos más cercanos a la negrura. La ponencia discute un caso particular que evidencia cómo la deserción masculina en el caso de una mujer libre no blanca la empujó hacia la mayor ignominia conocida en la sociedad de la época: la esclavitud.

 

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